El pasado viernes 7 de septiembre el Banco de España impuso dos sanciones por infracciones graves a Bankia, de 4 millones de euros cada una, por incumplir con el código de buenas prácticas del Real Decreto Ley 6/2012 de 9 marzo en lo referente a la protección de deudores hipotecarios sin recursos.
Bankia ha afirmado que el banco «no tuvo intención» de incumplir dichos procedimientos y que, cuando se incumplieron, la red se encontraba «en plena reestructuración y tramitando el proceso de arbitraje de las preferentes” y que ha corregido dicha situación cumpliendo sus obligaciones.
La historia no deja de repetirse, siempre es igual.
Dicen que el hombre es el animal que tropieza siempre con la misma piedra, yo creo que la Banca lo supera.
Bankia (y otras entidades bancarias) han incurrido en numerosos incumplimientos de la normativa bancaria, muchos de ellos un auténtico escándalo: las preferentes, las tarjetas black, la salida a Bolsa, Rodrigo Rato, etc…
Lo que no se comprende es que, con toda la supervisión, la prolija normativa de obligado cumplimiento, la judicialización existente, se vuelva a detectar otro incumplimiento más de este calibre ¿para qué sirven entonces la normas? ¿para no cumplirlas?
Desgraciadamente, pensamos que todo lo que ha sucedido estos últimos años en el sistema bancario español nos ayudaría a evitar a cometer errores futuros, pero lejos de conseguirlo, estamos peor que al principio.