El Santander tendrá que devolver a Casa Baizán lo que invirtió en acciones del Popular
El Juzgado de Primera Instancia Nº 2 de Gijón ha condenado al Banco Santander a devolver al restaurante gijonés Casa Baizán la cantidad invertida en acciones del Popular, adquiridas en la ampliación de capital de 2016, al no reflejar las cuentas de la entidad fidedignamente su situación real.
Los responsables del conocido restaurante acudieron a la ampliación de capital del Banco Popular confiando en las explicaciones de los comerciales de la entidad, que afirmaban que el banco era una entidad solvente y sólida, sin ningún tipo de problemas de liquidez. Nada más lejos de la realidad: apenas un año después de haber hecho la inversión en acciones del Popular confiando en los empleados de la entidad financiera de toda la vida, observaron cómo su dinero desaparecía de la noche a la mañana.
En la sentencia la juzgadora concluye que existió error en la actuación de la entidad demandada al transmitir la información a sus clientes. El Popular se presentó con una aparente solvencia en el folleto explicativo, hecho que no se correspondía con su realidad financiera y contable. Esta supuesta solvencia y la confianza en los comerciales del Popular indujeron a la parte actora a comprar unas acciones del Popular que, de haber conocido la verdadera situación de la entidad, no hubieran adquirido, por lo que se considera probado el error en el consentimiento, al igual que en otro caso ganado por Vallverdú Abogados en Donostia.
Se acredita la mala praxis del banco Santander una vez más
Según la juzgadora, al examinar las cuentas publicadas cuando tuvo lugar la ampliación de capital, que se refieren al primer trimestre de 2016 y a anualidades anteriores, y las que finalmente salieron a la luz al cierre del ejercicio de 2016, no se explica que en un año afloraran pérdidas por valor de más de 12.183 millones de euros.
La juzgadora admite las tesis de que el banco adolecía de un importante problema de solvencia que arrastraba de años anteriores, tesis que se apoya, entre otros elementos, en el informe del perito de los demandantes, que afirmaba que Banco Popular tenía un problema de solvencia – que no de liquidez – que venía arrastrando desde largo tiempo, con deficiencia en las provisiones y las valoraciones de activos desde hace muchos años y riesgo de impagados de más de 19.000.000 millones de euros desde el año 2012, a pesar de las ampliaciones de capital de 2012 y 2016 que no sirvieron para sanear sus cuentas.
Rubén Cueto, socio director de Vallverdú Abogados, “la sentencia considera acreditado que el Banco Popular arrastraba un importante problema de solvencia desde hacía años y que las cuentas de la entidad no reflejaban la imagen fiel de la empresa, lo que pone en evidencia la mala praxis del Banco Popular. En definitiva, la justicia ha dado la razón al restaurante, que podrá recuperar lo invertido en acciones del Popular al depositar su inversión y su confianza en la entidad.”