BANKIA Y EL POPULAR: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
El maquillaje de cuentas del Popular, estrategia común con Bankia
Desde el año pasado, en Vallverdú Abogados afirmamos públicamente que Banco Popular arrastraba una delicada situación de insolvencia al menos desde el año 2012, (situación cuyos orígenes se remontan al año 2007) y que, posiblemente, ya desde el año 2008 se estuviese maquillando las cuentas del Popular sin reflejar fielmente su realidad financiera.
Esta situación obedecía a la estrategia del banco de renovar créditos y préstamos fallidos, de lo que los responsables de la entidad eran conscientes y así salvaban las cuentas del Popular.
Estos días tiene lugar el juicio de la salida a bolsa de Bankia en el año 2011 (hace casi 8 años). En dicho juicio ha sido muy relevante el testimonio de José Antonio Delgado, inspector del Banco de España, ante la Audiencia Nacional, que ha afirmado que Bankia habría ocultado más de 20.000 millones de euros en créditos morosos antes de su polémica salida de Bolsa en julio de 2011.
Delgado calificó la fusión fría de las siete cajas de ahorros de «operación de maquillaje» para que «el muerto no parezca que lo está».
Hemos de recordar que, por aquel entonces, año 2011 se tramitó la fusión del Banco Popular con el Banco Pastor. Cada juicio que celebramos contra el Banco Popular, hoy Banco Santander, la parte demandada tacha de lastre dicha fusión, además de ser una operación que salió mal, lo que se manifiesta en las cuentas del Popular.
Un aspecto importante en la defensa en la ampliación del Banco Popular del año 2016, es que la entidad realizó de forma voluntaria una reexpresión de las cuentas del Popular y no una reformulación, por la depreciación de activos y la situación del mercado, entre otras cosas. Entendemos que el argumento es similar al argumento de José Ignacio Goirigolzarri, que por aquel entonces afirmaba que la reexpresión de las cuentas obedecía al impacto de la recesión. Hoy, siete años después, Delgado ha afirmado que «es falso que fuera por el entorno», en realidad, «recoge la morosidad encubierta que el Banco de España ya manifestaba desde hace tiempo».
La estrategia de Bankia en cuanto al ladrillo tóxico ha sido similar a la que venimos denunciando desde el año 2017 con las cuentas del Popular, de hecho, Delgado afirmó ante la Audiencia Nacional lo siguiente:
«De los 40.000 millones de riesgo promotor que tenía Bankia, más de la mitad estaba clasificado indebidamente como normal».
Como ejemplo de lo que encontró habló de «segundas y terceras refinanciaciones en Bancaja», la segunda caja de mayor peso en el banco pero a la que tachó de «muerto» a nivel financiero por el pésimo estado de sus números, mientras que de Caja Madrid dijo que «era un moribundo».
El problema era que el banco «declaraba menos morosidad de la real y se apuntaba el cobro de intereses ficticios».
Lo peor es que esos préstamos mal clasificados –que permitieron «maquillar» la realidad y que la entidad se ahorrase una suma multimillonaria en provisiones– procedían de la etapa anterior a la fusión «y se fueron arrastrando». «Nadie se preocupó de comprobar los balances de las cajas antes de su integración», criticó al supervisor.
Lo que sorprende aún más es que toda esta información que hoy ve la luz, detallando la pésima situación del banco, contrasta con la afirmaciones de Rodrigo Rato, que llegó a declarar a principios de enero en el juicio que el banco «estaba igual o mejor que otros» competidores, al igual que hoy Angel Ron hace con la situación de las cuentas del Popular.
Desde Vallverdú Abogados aspiramos a que en el caso Popular no tardemos 7 años en ver la luz, a pesar de los enormes esfuerzos que está haciendo el Banco Santander para evitarlo.